Páginas

16 de junio de 2012

Una Sañosa Porfía



Juan del Encina (1468 - 1529).
Cancionero Musical de Palacio ((S. XV/XVI).

La Capella Reial de Catalunya
Hespérion XX
Director: Jordi Savall.


Una sañosa porfía
sin ventura va pujando,
ya nunca tuve alegría,
ya mi mal se va ordenando.

Ya fortuna disponía
quitar mi próspero mando,
qu'el bravo León d'España
mal me viene amenazando.

Su espantosa artillería,
los adarves derribando,
mis villas y mis castillos,
mis ciudades va ganando.

La tierra y el mar gemían
que viene señoreando,
sus pendones y estandartes
y banderas levantando.

La muy gran caballería
hela, viene relumbrando,
sus huestes y peonaje
el aire viene turbando.

Las mezquitas de Mahoma
en iglesias consagrando,
las moras lleva cativas
con alaridos llorando.

Al cielo dan apellido,
¡Viva el gran Rey don Fernando!,
¡Viva la muy gran leona,
Alta Reina prosperando!.

Una generosa Virgen
esfuerzo les viene dando,
un famoso caballero
delante viene volando.

Con una cruz colorada
y una espada relumbrando,
d'un rico manto vestido
toda la gente guiando.


Una Sañosa Porfía

Es un poema en el que Boabdil, el último rey musulmán de Granada, cuenta desde su perspectiva, cómo ve acercarse poco a poco la invencible potencia que le llevará a su ruina. 
El poema está escrito en presente, la rima consonante recae casi siempre en un gerundio, lo que hace que el poema dé la impresión de un continuo, progresivo y rotundo movimiento, desde la artillería que se oye a lo lejos, cuyo estruendo va creciendo paulatinamente, a las tropas enemigas, que ya se ven, a los moros vencidos y a aquellas fuerzas tanto terrenales como divinas que lo mueven todo. 
Todo esto queda realzado por la emotividad, la parsimonia y la solemne elegancia de la música de Juan del Encina. Gracias a ella, los versos quedan sin duda mejorados. 
El cielo, la tierra, el mar, los ejércitos, la guerra, los reinos, la caballería, los plebeyos, los cristianos y los moros, las mezquitas y las iglesias, la sumisión de los vencidos, la nobleza de los reyes Isabel y Fernando, la desdicha del triste Boabdil, la Virgen y el Apóstol Santiago: todo un cuadro presidido por la Fortuna como manifestación del orden de la Divina Providencia.

Juan del Encina

Humanista, poeta, músico y autor teatral considerado uno de los padres del teatro español, no se conocía en toda Europa persona donde la simbiosis entre poesía y música fuera tan perfecta, desde Machaut.
Nació en Salamanca en 1468, se licenció en derecho en la Universidad de su ciudad natal e hizo las órdenes menores, pero no parece que tuviera prisa por ordenarse sacerdote. Tal vez por ello no duró mucho en su primer trabajo como capellán de coro de la catedral de Salamanca, lo cual en realidad fue una suerte para la lírica española.
Encontró trabajo en el palacio de la familia Alba, en Alba de Tormes, donde se ocupó de la organización y dirección de los espectáculos dramáticos y de las audiciones musicales para los duques y su corte. De esa época datan la mayoría de sus canciones, villancicos y romances, así como sus entremeses y autos sacramentales por los que es hoy en día conocido.
Viaja a Roma, donde el papa Alejandro VI, español, lo recibe con grandes halagos y le concede algunas prebendas y beneficios eclesiásticos. 
En 1519 se ordena finalmente sacerdote, después de sufrir una crisis espiritual, que le hace renegar de su pasada vida cortesana, estableciéndose como Prior de la catedral de León, donde fallecerá 11 años más tarde.
Su producción siendo mayoritariamente profana, comprende sesenta y una canciones (música y texto), entre las que cultivó las tres formas menores de la época, romance, villancico y canción. Algunos de sus más bellos villancicos son de temática religiosa, entre ellos ¿A quien debo yo llamar?. Algunos tienen fuerte sabor popular, es el caso de Hoy comamos y bebamos, del que puedes escuchar un fragmento; otros son de temática más elevada, como ejemplo Soy Contento y Vos Servida o Pues que Jamás Olvidaros. Todas guardan una impronta común, un sello de fábrica que tiene la sencillez como divisa, un perfecto acoplamiento de la frase literaria a la musical, que casi siempre finaliza con un melisma.
Por lo que respecta al aspecto vertical de sus canciones, es de destacar la ausencia casi total de complicaciones contrapuntísticas, siendo su textura homófonica, en beneficio de la claridad del mensaje poético.


(Madrid, Biblioteca Real, MS II - 1335), llamado a veces Cancionero Musical de Palacio (CMP) y también conocido como Cancionero de Barbieri, es un manuscrito español que contiene música del Renacimiento. Las obras que posee están recopiladas durante un periodo de unos cuarenta años, desde el último tercio del siglo XV hasta principios del XVI, tiempo que coincide aproximadamente con el reinado de los Reyes Católicos.
Alojado en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid, el Cancionero de Palacio (1474-1516), reúne más de cuatrocientas composiciones de diversos autores amén de un buen número de otros innominados. Juan del Encina (1468 - 1529) -poeta, dramaturgo y músico salmantino- destaca por encima de los demás con unas sesenta obras. El Cancionero constituye una antología de la canción polifónica que se pudo escuchar durante el reinado de los Reyes Católicos. De hecho, la corte de Isabel y Fernando se convirtió en centro de la actividad musical, y atrajo a muchos instrumentistas y compositores en su mayoría españoles. No hay que pensar por ello que estas canciones se escuchaban exclusivamente en la corte. Diversidad de escenarios e instrumentación, según disponibilidad y contexto, estaban probablemente a la orden del día.
Recopilado, como decíamos, durante al menos un periodo de cuarenta años, evidencia cambios en estilo y forma y acoge gran cantidad de temas (histórico-político, caballeresco, amoroso, religioso, etc.), así como diversas formas musicales, desde elaboradas piezas hasta sencillas composiciones de marcado carácter popular. Aunque la mayoría de las canciones están en castellano, también encontramos algunas en francés o portugués, y otras que mezclan idiomas como el estrambote "Fata la parte".

Partitura

2 comentarios:

  1. El inicio dela obra no coincide con la partitura que aparece en el manuscrito de Juan del Encina. Los tres o cuatros primeros versos no coinciden. ¿Sabe usted donde puedo conseguir la partitura completa, incluyendo esa parte?
    Gracias

    ResponderEliminar