"Hail, Bright Cecilia!", Ode for St. Cecilia's Day, Z.328 (1692)
1. [Symphony] [Introduction] - Canzona - Adagio - Canzona - Adagio - Allegro - Grave - Allegro
2. "Hail, bright Cecilia!"
3. "Hark, hark, each tree its silence breaks"
4. "Tis Nature's voice"
5. "Soul of the world"
6. "Thou tun'st this world below, the spheres above"
7. "With that sublime celestial lay"
8. "Wondrous machine!"
9. "The airy violin"
10. "In vain the am'rous flute and soft guitar"
11. "The fife, and all the harmony of war"
12. "Let these amongst themselves contest"
13. "Hail, bright Cecilia, hail to thee!"
Gabrieli Consort & Players
Paul McCreesh
Hail! Bright Cecilia (Z.328), también conocida como Ode to St. Cecilia (Oda a Santa Cecilia), es una obra compuesta por Henry Purcell en 1692 con texto de Nicholas Brady, para festejar el día de Santa Cecilia, patrona de la música, que se viene celebrando cada 22 de noviembre, desde 1683.
Purcell ya había compuesto anteriormente otras piezas en honor a la santa, sin embargo esta oda es sin duda la más famosa y bastante más ambiciosa en
instrumentación que las primeras odas cecilianas de Purcell. Junto a las
habituales cuerdas y continuo (probablemente dividido en órgano y
clave), la partitura incluye dos oboes, que en dos movimientos alternan
con flautas de pico, dos trompetas y timbales; hay, en algunas copias
tempranas, mención de dos flautas en Hark, each tree, acompañadas por un flauta baja. Este uso de instrumentos es, en parte, puramente ilustrativo, para adecuarse a letras como “the am’rous flute”, “the airy violin” o “the fife and all the harmony of war” (aunque
en realidad no hay pífano); en parte es para recalcar la plenitud y la
brillantez del sonido, como en el coro final y en la obertura. Ésta,
muy extensa, se divide en seis secciones: un maestoso como introducción,
una canzona en forma de fuga (que será utilizada de nuevo en la
siguiente oda para el cumpleaños de la reina Mary), un adagio en el que
las cuerdas y los oboes, empleados de forma antifonal, pasan
inquietamente por varios tonos; una fanfarria, allegro en 3/8, un breve y
expresivo adagio y la repetición de la tripla.
Un breve solo de bajo
da paso a la aclamación de Cecilia, a cargo del coro: las notas
introductorias (que forman una frase ascendente en Do menor)
llamativamente colocadas después de un silencio, son especialmente
impactantes (esta frase será retomada, en modo mayor y ampliamente
aumentada, en el coro final). El resto de este coro con solos consiste
en una fuga, de detallado entramado, que sin embargo, desaparece con el
solo de los dos altos en las palabras “That thine and music’s sacred love”.
2. Hail! Bright Cecilia, Hail! fill ev'ry heart with love of thee and thy celestial art; that thine and musick's sacred love may make the British forest prove as famous as Dodona's vocal grove.
¡Salve, brillante Cecilia, salve! Llena todos los corazones de amor a ti y a tu celestial arte; de modo que el amor sagrado hacia ti y hacia la música hagan tan famoso al bosque británico como a la arboleda vocal de Dodona.
Hay aquí, en estas últimas palabras, una alusión a Dodona, ciudad del Epiro, al pie del monte Tomaros, en Grecia, en la que había un célebre santuario dedicado a Zeus. En el centro se hallaba el árbol sagrado, el gran roble de este dios que hacía las veces de palomar. Las señales que los sacerdotes debían interpretar venían del grito de las palomas, el rumor de las hojas de los árboles y los ecos sonoros que el viento conseguía al hacer golpear unas cadenas emplazadas allí, sobre los calderos. Ésa es la “arboleda vocal” a la que se refiere el texto de Brady.
El dueto "Hark, each tree" opone suavemente las cuerdas y las flautas sobre un bajo cuya estructura de seis compases está ingeniosamente oculta por la superposición de tramos de frase. A mitad del dueto se hace evidente la razón para esta instrumentación, ya que el bajo juguetea en las palabras “the spritely violin” y el tiple habla de la flauta; ambas voces se unen en una gráfica representación de la palabra “flew”, que es reflejada al final por los instrumentos.
3. Hark! hark! each tree its silence breaks, the box and fir to talk begin! this in the spritely violin, that in the flute distinctly speaks! 'twas sympathy their list'ning brethren drew, when to the thracian lyre with leafy wings they flew.
¡Escucha, escucha! cada árbol rompe de pronto su silencio, el boj y el abeto empiezan a hablar; éste en el fogoso violín, aquél habla claramente con el sonido de la flauta; y por simpatía serán atraídos sus hermanos que están escuchando, cuando vuelen hacia la lira tracia con frondosas alas.
Aquí la alusión es mítica. La lira tracia no es otra que la de Orfeo.
Las
imágenes verbales aumentan en el increíblemente elaborado solo que
sigue (que Purcell compuso para sí mismo): junto a floridas frases en
palabras como “moving”, “mighty”, “strike” y “rejoices”, hay cromatismos profundamente expresivos en “we grieve”.
4. 'Tis Natures's voice thro' all the moving wood and creatures understood the universal tongue, to none of all her num'rous race unknown! from her it learnt the mighty art to court the ear or strike the heart: at once the passions to express and move; we hear, and straight we grieve or hate, rejoice or love: in unseen chains it does the fancy bind; at once it charms the sense and captivates the mind.
En el bosque inquieto resonó la voz de la naturaleza y las criaturas comprendieron el lenguaje universal, para ninguno de su numerosa estirpe desconocido. De ella aprendió el poderoso arte para halagar el oído o tocar el corazón, para, a la vez, expresar y suscitar las pasiones; apenas la oímos y nos afligimos, u odiamos o nos alegramos o amamos; la fantasía está atada a invisibles cadenas; al tiempo encanta los sentidos y cautiva a la mente.
Sigue el gran coro que ha adquirido con razón fama, Soul of the World, una amplia y majestuosa pieza que, después de un impresionante pedal tónico inicial y alguna floritura sobre las palabras “the jarring seeds of matter”
(un súbito acorde de séptima disminuida con trémolo de las cuerdas),
pasa a una fuga que sobresale por su maestría contrapuntística y su
brillante efecto.
5. Soul of the World! inspir'd by thee, the jarring seeds of matter did agree, thou didst the scatter'd atoms bind, which, by thy laws of true proportion join'd, made up of various parts one perfect harmony.
Alma del mundo, inspirados por ti se unen los discordantes elementos de la materia, pues ataste los átomos dispersos que, unidos por las leyes de la verdadera proporción, constituyeron de diversas partes una sola y perfecta armonía.
5. Soul of the World! inspir'd by thee, the jarring seeds of matter did agree, thou didst the scatter'd atoms bind, which, by thy laws of true proportion join'd, made up of various parts one perfect harmony.
Alma del mundo, inspirados por ti se unen los discordantes elementos de la materia, pues ataste los átomos dispersos que, unidos por las leyes de la verdadera proporción, constituyeron de diversas partes una sola y perfecta armonía.
El material temático de Thou tun’st this World,
presentado tres veces, por los oboes, la voz del tiple y el coro, es
destacable por la irregularidad de sus frases, que varían entre una
extensión de cuatro, cinco y seis compases.
6. Thou tun'st this world below, the spheres above, who in the heavenly round to their own music move.
Tú armonizas el mundo de aquí abajo y las esferas celestes, que en el círculo celeste se mueven sobre su propia música.
La alabanza del órgano (“if any earthly music dare, the noble organ may”) es introducida por un trío y continuada en el gran solo de bajo Wondrous machine, un aria da capo sobre un base de dos compases (destacable el “warbling lute” y la imitación que los oboes realizan de la voz humana).
7. With that sublime celestial lay can any earthly sounds compare? If any earthly music dare, the noble organ may. From heav'n its wondrous notes were giv'n; Cecilia oft convers'd with Heaven. Some angel of the sacred choir did in this breath the pipes inspire; and of their notes above the just resemblance gave, brisk, without lightness, without dullness grave.
8. Wondrous machine! To thee the warbling Lute, though us'd to conquest, must be forc'd to yield: with thee unable to dispute.
Con ese sublime canto celestial, puede compararse algún sonido terrestre? Si alguna música de la tierra se atreve, lo puede hacer el órgano. Sus maravillosas notas fueron concedidas por el cielo; Cecilia a menudo conversaba con el cielo. Un ángel del coro sagrado inspiró con su aliento los tubos y de sus notas del cielo dio la copia exacta, viva, sin ligereza, grave, sin monotonía.
Maravilloso instrumento, ante ti el laúd melodioso, aunque acostumbrado a conquistar, deber ser obligado a rendirse, incapaz de rivalizar contigo.
Los
homenajes rendidos al órgano por el violín (un alegre allegro, valga la
redundancia), por la flauta (un lento dúo en parte en forma de canon
con una introducción y una coda de acentuado patetismo para dos flautas
de pico) y la “harmony of war” son presentados por separado para, a
continuación, rivalizar entre ellos en un dúo (de nuevo, parcialmente en
canon) para dos bajos.
9. The airy violin and lofty viol quit the field, in vain they tune their speaking strings to court the cruel fair, or praise victorious kings; Whilst all thy consecrated lays, are to more noble uses bent, and ev’ry grateful note to Heaven repays the Melody it lent.
El ligero violín y la arrogante viola renuncian al combate, en vano hacen sonar sus habladoras cuerdas para seducir a la cruel bella o alabar a los reyes victoriosos; mientras todos tus cantos consagrados son destinados a los más nobles fines, y cada nota de agradecimiento devuelve al cielo la melodía por ellos prestada.
10. In vain the am'rous flute and soft guitar, jointly labour to inspire ardent love and fond desire; whilst thy chaste airs do gentle move seraphic flames and heavenly love.
En vano la amorosa flauta y la dulce guitarra unen sus fuerzas para inspirar ardiente amor y tierno deseo; mientras tus castas melodías hacen nacer dulcemente llamas seráficas y celestial amor.
11. The fife and all the harmony of war, in vain attempt the passions to alarm, which thy commanding sounds compose and charm.
El pífano y la fanfarria guerrera en vano se esfuerzan en despertar las pasiones, que tus dominantes sonidos componen y hechizan.
12. Let these amongst themselves contest, which can discharge its single duty best. Thou summ'st their diff'ring graces up in one, and art a consort of them all within thy self alone.
Que ellos se disputen quién puede cumplir mejor su deber. Tú resumes en un solo instrumento sus diferentes gracias y formas sólo contigo un concierto de todos ellos.
En medio de florituras
de todos los instrumentos surge, triunfal, el coro final; su segunda
sección, un fugato sobre un motivo muy parecido al coral Lass uns erfreuen
(publicado por primera vez en 1623) culmina en un espléndido pasaje que
comprende un nuevo desarrollo de la fuga con contra-motivo, sobre el
motivo original que aparece en el bajo, en doble aumentación; un breve
solo para cuatro cantantes (dos contratenores, tenor y bajo) interviene
antes de la jubilosa reaparición de las fanfarrias en honor a la “great patroness of us and harmony”.
13. Hail! Bright Cecilia, Hail to thee! Great Patroness of Us and Harmony! Who, whilst among the Choir above thou dost thy former skill improve.
With rapture of delight dost see thy fav’rite art make up a part of infinite felicity.
Hail! Bright Cecilia, Hail to thee! Great Patroness of Us and Harmony!
¡Salve!, brillante Cecilia, ¡Salve a ti! La gran patrona nuestra y de la armonía, que, al tiempo que formas parte del coro celestial mejoras aún más tu antiguo talento.
Con un rapto de placer ves que tu arte favorito forma parte de la felicidad infinita.
¡Salve!, brillante Cecilia, ¡Salve a ti! La gran patrona nuestra y de la armonía.
Fuente
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