Cada antífona es uno de los nombres de Cristo, uno de sus atributos mencionados en las Escrituras, que son:
- 17 de diciembre: O Sapientia (Oh Sabiduría)
- 18 de diciembre: O Adonai (Oh Adonai)
- 19 de diciembre: O Radix Jesse (Oh Raíz de Jesé)
- 20 de diciembre: O Clavis David (Oh Llave de David)
- 21 de diciembre: O Oriens (Oh Amanecer)
- 22 de diciembre: O Rex Gentium (Oh Rey de las naciones)
- 23 de diciembre: O Emmanuel (Oh Emmanuel)
Estas antífonas también se utilizan en muchas iglesias luteranas.
Se desconoce el origen exacto de las antífonas de Adviento, pero Boecio (480–524/5) hace una breve referencia a ellas, sugiriendo de este modo su existencia en su época. Por otra parte, ya en el siglo VIII se utilizaban en las celebraciones litúrgicas en Roma.
Varias de estas antífonas han sido encontradas en algunos breviarios medievales y el uso de ellas en los monasterios era tan frecuente que expresiones como “no olvides las O” y “Las grandes antífonas de Adviento” formaban parte del habla común.
En la Abadía benedictina de san Benito, en Fleury (cerca de Orleans), recitaban estas antífonas el abad y otros superiores de la abadía en rango descendente, y luego se entregaba un obsequio a cada miembro de la comunidad.
De este modo, podemos concluir que de alguna manera las antífonas de Adviento han sido parte de la tradición litúrgica desde los primeros tiempos de la Iglesia.
Un dato curioso e interesante es que si se empieza por el último título y se toma la primera letra de cada una —Emmanuel, Rex, Oriens, Clavis, Radix, Adonai, Sapientia— se forma el acróstico latino “Ero crass”, que significa “Mañana vendré”, reflejando así el tema de las mismas. De esta manera Jesús, para cuya venida se han preparado los cristianos durante el Adviento y a quien se dirigen con estos siete títulos mesiánicos, les habla ahora.
- En primer lugar, cada una representa uno de los títulos del Mesías.
- En segundo lugar, cada una se refiere a la profecía de Isaías sobre la venida del Mesías.
O Sapientia
Robert Ramsey
O Sapientia [a 5]
Latín:
O Sapientia, quae ex ore Altissimi prodiisti,
attingens a fine usque ad finem,
fortiter suaviterque disponens omnia:
veni ad docendum nos viam prudentiae.
Castellano:
Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín,
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven y muéstranos el camino de la salvación.
O Adonai
Latín:
O Adonai, et Dux domus Israel,
qui Moysi in igne flammae rubi apparuisti,
et ei in Sina legem dedisti:
veni ad redimendum nos in brachio extento.
Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.
O Radix Jesse
Esta antífona que nos habla de Jesús como Raíz y del misterio de su muerte.
Latín:
O Radix Jesse, qui stas in signum populorum,
super quem continebunt reges os suum,
quem Gentes deprecabuntur:
veni ad liberandum nos, jam noli tardare.
Castellano:
Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más.
O Clavis David
Latín:
O Clavis David, et sceptrum domus Israel;
qui aperis, et nemo claudit;
claudis, et nemo aperit:
veni, et educ vinctum de domo carceris,
sedentem in tenebris, et umbra mortis.
Castellano:
Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra a los cautivos
que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
O Oriens
Latín:
O Oriens,
splendor lucis aeternae, et sol justitiae:
veni, et illumina sedentes in tenebris, et umbra mortis.
Castellano:
Oh Amanecer,
Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia:
ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
O Rex Gentium
En esta antífona se ruega que venga el Mesías para renovar a la Humanidad.
Latín:
O Rex Gentium, et desideratus earum,
lapisque angularis, qui facis utraque unum:
veni, et salva hominem,
quem de limo formasti.
Castellano:
Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,
Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo:
ven y salva al hombre,
que formaste del barro de la tierra.
O Emmanuel
Pero el título más importante es el de “Emmanuel” que significa “Dios con nosotros”, y además es la promesa de Isaías: “la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel”.
Mateo, al principio de su Evangelio cita este texto de Isaías cuando narra el anuncio a José (Mateo 1,23) y al final de su Evangelio, pone en labios de Jesús, como una confirmación de su nombre estas palabras: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
Latín:
O Emmanuel, Rex et legifer noster,
exspectatio Gentium, et Salvator earum:
veni ad salvandum nos, Domine, Deus noster.
Castellano:
Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro,
esperanza de las naciones y salvador de los pueblos:
ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
Fuentes:
Web de la Abadía Santa Escolástica (Argentina).
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