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15 de mayo de 2012

Y sin embargo, no se conoce nada de su música I


El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música estremada,
por vuestra sabia mano gobernada.

A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida
de su origen primera esclarecida.

Y como se conoce,
en suerte y pensamientos se mejora;
el oro desconoce,
que el vulgo vil adora,
la belleza caduca, engañadora.

Traspasa el aire todo
hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo
de no perecedera
música, que es la fuente y la primera.

Ve cómo el gran maestro,
aquesta inmensa cítara aplicado,
con movimiento diestro
produce el son sagrado,
con que este eterno templo es sustentado.

Y como está compuesta
de números concordes, luego envía
consonante respuesta;
y entrambas a porfía
se mezcla una dulcísima armonía.

Aquí la alma navega
por un mar de dulzura, y finalmente
en él ansí se anega
que ningún accidente
estraño y peregrino oye o siente.

¡Oh, desmayo dichoso!
¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido!
¡Durase en tu reposo,
sin ser restituido
jamás a aqueste bajo y vil sentido!

A este bien os llamo,
gloria del apolíneo sacro coro,
amigos a quien amo
sobre todo tesoro;
que todo lo visible es triste lloro.

¡Oh, suene de contino,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos
quedando a lo demás amortecidos!

Fray Luís de León 


Esta es la Oda a  Salinas, catedrático de Música de la Universidad de Salamanca.


Francisco de Salinas (Burgos, 1513 - Salamanca, 1590), fue un célebre músico, compositor y humanista español. Perdió la vista a edad temprana. Estudió humanidades, canto y órgano en la Universidad de Salamanca.
Vivió en Roma durante 23 años. En la Corte de Nápoles trabó amistad con su colega toledano Diego Ortiz, Maestro de Capilla de la misma.
Vuelve a España en 1561, y consigue cátedra en la Universidad de Salamanca, donde conoce a Fray Luis de León, catedrático también de ésta. De la admiración de éste por aquél, queda constancia en esta Oda a Salinas, escrita en 1577.
Publicó «De Musica libri septem» en Salamanca, en 1577.
De este maestro dijo Vicente Espinel, que era «el más docto varón en música especulativa que ha conocido la antigüedad». Y sin embargo, no se conoce nada de su música.

Nota: Como respuesta al comentario de Belarmo, ofrezco la segunda parte de esta entrada.
Y sin embargo no se conoce nada de su música II

2 comentarios:

  1. Hola:

    Como muy bien dices, así es. Sin embargo en el siguiente video puedes encontrar una aproximación a la música de Francisco de Salinas:

    http://www.youtube.com/watch?v=iyq0fqJCjPg

    En el Libro-Disco "Don Quijote de la Mancha: Romances y músicas" de Jordi Savall (del que está extraído el tema), escribe Paloma Díaz-Mas (CSIC):

    "Es frecuente que en los tratados de música en general o en métodos para aprender a tocar instrumentos musicales (como la vihuela), se incluyan ejemplos con fragmentos de romances: tal es el caso del 'Libro de música de vihuela de mano intitulado El Maestro' (1536) de Luys de Milán, los 'Tres libros de música para vihuela' de Alonso Mudarra (1546), de 'Los seys libros del Delphin de música' de
    Luys de Narváez, del 'Libro de música de vihuela' de Diego Pisador (1552), o del tratado 'De Musica libri septem' de Francisco Salinas (1577)".

    Más adelante explica Jordi Savall:

    "La músicas originales correspondientes a una gran mayoría de romances y canciones, se han conservado en los cancioneros, en las publicaciones (para Vihuela de mano, Arpa o tecla) y en los tratados de la época.

    El popular romance de los amores y aventuras del Conde Claros, ha sido recreado a partir de la sucinta pero esencial información sobre la melodía (anotada en 1577 por Francisco Salinas en su tratado Musica Libri VII) y también de la armonizaciones y diferencias de Venegas de Henestrosa y de los vihuelistas.

    En todos los casos en los que la música no se conocía, ya sea por no existir fuente histórica o por ser obras compuestas por el mismo Cervantes, hemos recurrido a las técnicas de contrafacta (contrafactum) tan habituales en la misma época, seleccionando la músicas de época más apropiadas y correspondientes al mismo carácter y métrica poética."



    [SOBRE EL CONDE CLAROS]:

    Miguel Querol Gavaldá escribe en su libro "La música en la obra de Cervantes": El Romance del Conde Claros es uno de los más interesantes en la historia del romance. Bajo el aspecto literario, lo cita Menéndez Pidal como modelo de romances juglarescos, en los que campea un perfecto estilo narración. En cuanto a su música y canto respecta, pocos se encontrarán con tan acreditada tradición.
    Francisco Salinas, que pone su primera estrofa en su obra "De Musica libri septem" (pp. 342-346), decía de él que su tonada era conocidísima, y que a su canto acomodaban nuestros antepasados todas las narraciones de carácter histórico, es decir, aquellas composiciones llamadas romances".

    Puedes ver o descargar la digitalización "De musica libri septem" en la siguiente página de la Universidad de Salamanca:

    http://gredos.usal.es/jspui/handle/10366/19525


    Aquí puedes encontrar un excelente trabajo sobre el esquema armónico del Conde Claros:

    http://guitarra.artepulsado.com/guitarra/condeclaros.htm

    El Conde Claros es un esquema armónico muy popular durante el siglo XVI, situándose sus orígenes quizás en el siglo XV, pero no hay manera de comprobarlo. La sencillez de su esquema armónico y la presentación de los grados tonales en la sucesión más adecuada originaron que fuese muy utilizado, sobre todo por los vihuelistas, para desarrollar la técnica compositiva de variación.


    Siento haberme enrrollado tanto ;)

    Un saludo, Belarmo.

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  2. ¡Vaya, Belarmo! ¡No sabía que seguías mi blog!
    ¡Cuánto honor!
    Ahora es un poco tarde para ponerme a editar una nueva entrada. En cuanto tenga un rato publicaré toda la información que me envías en una nueva.
    ¡Muchas gracias por tu valiosa y detallada aportación! Y de enrrollarte nada, que para eso estamo aquí, ¿no? Para enrrollarnos con estas cosas que tanto nos apasionan.
    Un saludo muy cordial,

    Luisa ♪

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